viernes, 28 de febrero de 2014

Sin dinero también se emprende


Hace varios años, un vendedor muy exitoso de automóviles nuevos y usados, que había ganado varias veces el reconocimiento al mejor vendedor y llegaba siempre a sus metas, inició una travesía como emprendedor, quizá sin saberlo en un principio pero seguramente buscando algo más que comisiones por ventas.

Lo más interesante de este emprendedor y que me mantiene admirado a través de los años es que no solo tenía la convicción de lograr las cosas, sino que la ausencia de capital suficiente no era un obstáculo.

Pudiéramos mencionar que hay muchas posibilidades: bancarias, gubernamentales y hasta familiares para conseguir el capital necesario para un negocio, pero ninguna de ellas eran del interés de este personaje y tampoco había la posibilidad con sus familiares.

Con una familia, varios años de ventas exitosas y una amplia experiencia decidió hacer un cambio, lo primero fue mudarse a un lugar con mejores oportunidades. Así fue como aceptó un empleo de ventas de refacciones y equipos para hoteles y restaurantes en uno de los polos turísticos más importantes de nuestro país.

Su experiencia como vendedor de autos le permitió realizar los mismos logros, pero no era suficiente. Poco a poco aprendió el intrincado proceso de importar mercancía y con una inversión muy baja, crédito de un proveedor interesado en la plaza y muchas ganas, inició su propio negocio de distribución y venta de blancos y papel higiénico para hoteles y restaurantes.

Cargar los paquetes de papel era todo un desafío físico pero le permitió ampliar el horizonte y los contactos.

Tras un análisis de la situación, los conocimientos adquiridos en estos nuevos giros y los deseos de superación, se dio un paso casi natural. El inicio de una empresa comercializadora que brinda asesoría y trámites a los clientes para sus importaciones.

Los contactos generados en grandes hoteles y empresas proveedoras de los mismos, agentes aduanales y transportistas, le dio la oportunidad de comenzar sin necesidad de colaboradores o socios. Su equipo era su camioneta de reparto, que con gran esfuerzo adquirió, su libreta de contactos y su teléfono, uno de los primeros celulares en forma de ladrillo color gris era la mejor forma para localizarlo en todo momento.

Con el paso del tiempo, el servicio se fue personalizando, creando su propio proceso que le permitía recibir mercancía y sacarla de la aduana el mismo día. Los logros, no menos espectaculares, incluían la importación de más de 50 contenedores en menos de 3 meses con equipo, mobiliario, refacciones y demás para la apertura de un hotel.

La atención siempre personal de su creador y el mantener los procesos simples le permitió tener la confianza de sus clientes. Su crecimiento sólo se limito a un par de personas para labores administrativas y outsourcing para los asuntos contables.

Sin otra publicidad más que la recomendación de sus clientes e incluso proveedores, la empresa generaba crecimiento constante. Las temporadas bajas parecían no afectar demasiado y se veían recompensadas con las temporadas altas.

Los competidores trataban de igualar el servicio e incluso buscaban ganar clientes reduciendo sus tarifas pero sus esfuerzos no generaban resultados suficientes. Le conocían personalmente pues era común verlo en la aduana supervisando la liberación de “su mercancía”, ya que su servicio implicaba tratar la mercancía de sus clientes como si fuera suya propia.

Si los trámites no estaban completos, terminados o correctos, había retrasos injustificados o negligencias, podía fácilmente reclamarlos tanto ante agentes aduanales, vistas aduanales o los mismos administradores de la aduana.

Después de muchos años de trabajar para una empresa, su idea de negocio le permitió adquirir su casa, comprar un terreno y cumplir su pequeño gusto de tener un lugar donde relajarse los fines de semana, preparar carne asada y montar a caballo.

Un emprendedor cuyas decisiones le colocaron en un nicho de mercado que no había imaginado y le permitieron lograr sus metas e incluso superarlas.

Una experiencia de vida y una demostración de lucha y entrega que me deja una gran enseñanza y gratos recuerdos de mi padre. Sin dinero también se emprende.


Por  José Antonio Escaldín Vilchis

De la teoría a la práctica


Uno de los principales problemas que afectan hoy al empresario PyME es la falta de información adecuada y de recetas prácticas para poder implementar una variada gama de conceptos modernos que contribuirían a la mejora de sus resultados.

Lejos estamos de pretender obviar las graves consecuencias que las actuales políticas económicas están produciendo en este sector, pero también es cierto que no se encuentra a nuestro alcance la posibilidad de solucionar las condiciones del contexto.

Solamente nos queda la alternativa de adaptarnos lo más rápido y eficazmente posible, y entones aguardar con optimismo las alternativas que el nuevo escenario económico nos platee.

En este proceso de adaptación va a ser necesario usar metodologías innovadoras y modernas en el manejo de la dirección empresaria, puesto que nos encontramos ante fuerzas hostiles que no perdonan en lo más mínimo el error que cometemos.

Hoy en día el empresario PyME se encuentra carente de conocimientos acerca de conceptos como: Administración Estratégica, Calidad Total, Tablero de Comando, etc. y más aún en lo que respecta a la puesta en práctica de los mismos.  No debemos olvidar que el poder comenzar a dominar estos conceptos y ponerlos en práctica rápidamente nos posicionaría en un espacio diferente respecto de aquellos competidores que continúen improvisando en su accionar cotidiano y pretendan intuir el futuro comportamiento del mercado en que operan. 

La mayoría del empresariado argentino, se valió en los últimos años de una herramienta muy popular y peligrosa para dirigir su organización: “la intuición unida a la improvisación.” Herramienta esta última muy útil (en algunas épocas) pero poco recomendable para tomarla como política.

La intuición de algunos empresarios y su avidez de improvisar en la toma de algunas decisiones, permitieron a los más avezados sortear la presión fiscal, sobrevivir al proceso de importaciones, sortear su ecuación de costos crecientes, etc.

La realidad actual nos indica que la intuición ligada a la capacidad de improvisación ya no es suficiente, y entonces se hace necesario tratar de buscar una nueva y objetiva solución al problema. Llegó el momento en que los empresarios intuitivos que hasta hoy han triunfado o subsistido se pregunten; ¿con qué objetivo seguimos luchando día a día?

El que ya tiene su respuesta es porque al intuir e improvisar lo hizo con uno o más objetivos definidos, en cambio los otros lo hicieron por el solo hecho de permanecer activos y seguir en una carrera sin sentido. 

Para el primer caso (los que tienen una respuesta), si logran ordenar esos objetivos y son capaces de transmitirlos a su grupo de trabajo, van a poder darse cuenta cuánto más tranquilizador y alentadora se vuelve la tarea de dirigir y administrar una empresa partiendo del planteo de establecer una Estrategia Empresaria.

Para el segundo caso “hasta el más osado marinero necesita consultar sus cartas de navegación u observar con detenimiento las estrellas para llegar a buen puerto”.

Nunca es tarde para detenernos a observar nuestro entorno, establecer una ruta y fijar “el puerto” hacia donde queremos navegar.

Sólo así, nuestras esperanzas se renovarán y podremos esperar “al fin del viaje” cumplir nuestro objetivo. Para cambiar esta forma de administrar nuestra empresa y poder competir, debemos considerar que cuanto antes debemos elaborar nuestra Estrategia Empresaria y plantear los instrumentos de control necesarios para monitorear la evolución de esa Estrategia.

Debemos tener en cuenta que cualquier empresario puede y debe diseñar su Estrategia de Acción. Y esto no es tarea difícil, por el contrario, cuanto más pequeña es la empresa, más fácil se hace el diseño y más acotados son los procedimientos que permiten controlar la evolución. 

Lo importante es proponérselo y comenzar “con el primer paso”.



Por Andreina Gonzalez Ettedgui

El Espíritu Emprendedor

Comenzar con la propia empresa es una tarea muy importante que puede brindarle a quien la inicia grandes satisfacciones y un sentimiento de realización personal. Pero también puede ocasionarle muchos problemas si la encara sin los conocimientos y los avales suficientes para desarrollar con éxito su tarea.

Existen muchas razones que mueven a las personas a enfrentar el desafío de organizar un emprendimiento. Algunas de ellas son: el deseo de trabajar de manera independiente, de tomar sus propias decisiones, de desarrollarse profesionalmente y, por que no, de ganar dinero. Generalmente la idea del negocio surge de las experiencias previas del emprendedor, quien combina trabajo, innovación, estrategia, planificación, liderazgo y conducción, para lograr sus objetivos comerciales.

El espíritu emprendedor surge, en primer término, al abordar con una visión de supervivencia todos los impedimentos de progreso y, luego, al poner en juego las condiciones personales: confiar en el proyecto y transmitir su fuerza a unos pocos colaboradores.

¿Cuáles son las condiciones para que un embrión de emprendimiento se transforme en un negocio exitoso? Formulas hay muchas, pero analizando el espíritu de las actividades necesarias para su implementación, encontramos algunas pautas comunes a todos los modelos teóricos que proponen distintos autores:

Los Comienzos Siempre Son Modestos y Nada Empieza Siendo Grande

Generalmente la idea para un negocio es el resultado de una fascinación, una preocupación o incluso una obsesión por algún campo u ocupación mundanos. Con frecuencia, las buenas ideas no parecen muy buenas a primera vista, incluso, no se preocupe si parece extraña, loca u oscura. 

La gran mayoría de las empresas que actualmente consideramos como muy importantes y exitosas, tuvieron un origen extremadamente humilde. 

Baste con mencionar que Kellogg`s comenzó como rama colateral de un sanatorio vendiendo hojuelas de maíz; Coca Cola era una especie de jarabe curalotodo vendido en una farmacia de Atlanta, o que Levi Strauss comenzó cuando un inmigrante alemán se encontró con un exceso de existencias de lona para tiendas de campaña que convirtió en pantalones para mineros durante la fiebre del oro en California. 

Verdadero Interés 

En la elección de su actividad comercial hay muchas mas posibilidades de progreso si se pone pasión en la tarea. Y la pasión es sinónimo de verdadero interés, de gusto, de deseo. 

La clave del éxito de muchas empresas es concretar los sueños del iniciador del proyecto, quien deberá poseer la voluntad y el carácter necesario para armonizar sus intereses con el trabajo. 

El “Oficio Comercial” 
El oficio comercial es el don de entender lo que la gente quiere, cuanto pagara y como toma sus decisiones. En definitiva, es la capacidad de ver los acontecimientos de manera objetiva y practica, reconociendo que las verdades de ayer, no son necesariamente las del día de hoy. 

Si al iniciar o manejar un negocio tiene la idea fija de que el mundo es de cierta manera o que debería actuar en cierta forma, la actitud será poco inteligente: la persona experimentada en los negocios, nunca supone saber “la Verdad”, ni cree que las verdades de ayer necesariamente son las verdades de hoy. Un hombre o mujer de negocios con experiencia, siempre hace preguntas. Un novato siempre creerá que tiene las respuestas. 

Nociones De Marketing - Estudio De Mercado

Resulta fundamental comprender que por pequeño que sea el emprendimiento, no se puede ignorar que el marco de referencias debe comprender las nociones fundamentales que hacen al marketing, al mercado. Tenemos que hacer dinero con nuestro propio negocio, pero primero tenemos que elaborar un producto o proporcionar un servicio que la gente desee.

Entonces, luego de determinar lo que nos gusta hacer y de que nos sentimos capaces de desarrollar, debemos averiguar como puede realizarse y las posibilidades de venta, que en definitiva constituyen la entrada de ingresos que financian todas las actividades de la empresa.

Para eso no hay otro camino que el de conseguir datos, interpretarlos, preguntar y estudiar continuamente que se vende y como nos afecta. 

Creando La Diferencia

Las diferencias son sencilla y contundentemente el corazón del éxito competitivo. Y en este momento particular que nos toca vivir como empresarios, las diferencias se centran cada vez mas en el servicio que acompaña hoy a un producto o a la calidad humana de las personas que brindan un servicio. 

La imaginación y la creatividad son mucho mas útiles que la agresividad.

En definitiva, los emprendedores tienen un gran desafío por delante: identificar las ventajas diferenciales de su negocio definiendo las características esenciales del mismo, pero sin dejar de considerar la esencia del “Espíritu Emprendedor” que les permite concretar sus sueños. 


Por Cristina Zapata

El emprendimiento, otra opción

Con la evolución de los mercados, la globalización y la restringida oferta de empleo a las nuevas generaciones les han llegado la opción o la necesidad de ser empresarios. Más del 90% de las empresas del país somos PYMES y hacemos un aporte bien significativo al producto interno bruto de Colombia. Con el exceso de oferta de profesionales el emprendimiento se ha convertido en una viable alternativa de trabajo.

Hemos llegado al punto en que aunque un profesional haga más especializaciones sus ingresos o posibilidades de empleo no aumentan y partiendo de esta realidad deciden embarcarse en la aventura de ser empresarios.

Otro factor que contribuye a la formación de una cultura empresarial en el país es la poca capacidad de los gobiernos de sostener la carga pensional de los empleados. Por ello además de que la mayoría de los jóvenes se tendrá que mercadear a sí mismos o a su empresa, también tendrá que preocuparse por forjar su propia jubilación en un fondo de pensiones público o privado sin que sea responsabilidad exclusiva del estado. Las épocas en que bastaba un pregrado para perpetuarse en un empleo a recibir cómodamente una quincena fija y salir jubilado son cosa del pasado.

En una conferencia de emprendimiento, algunos jóvenes en el umbral de su carrera contagiados por el pesimismo regional me preguntaban que si pese al letargo de algunas ciudades sería posible hacer empresa y que podía hacer el gobierno por ellos. Más que buscar soluciones o respuestas rápidas y que dependan de factores macroeconomicos, creo que ser empresario es cuestión de actitud, de tener un proyecto de vida trazado y de tener muy claro el papel del mercadeo en la idea de negocio. Del mercadeo parte el primer eslabón de la cadena para que una empresa sea viable. La misión de la empresa antes que generar utilidades es que perdure, cree una marca reconocida y genere valor con un factor diferenciador que estimule las ventas. La pregunta del millón. ¿Cómo escoger una idea de negocio? Cito algunas fuentes: Los ejercicios de lluvia de ideas, los contactos personales, la subcontratación de procesos, hobbies, las ferias comerciales, publicaciones gremiales, tesis universitarias, implantación de nuevas tecnologías, las franquicias, buscar en instituciones de apoyo, identificar productos importados para producirlos a menor costo, desarrollar productos que tengan que ver con nuevas tendencias(Ecología, comunicación, estética, recreación, productos dietéticos, la seguridad).

Otra manera de encontrar ideas es analizar por qué compran los clientes. Compran para ahorrar tiempo (por eso usamos el fax, Internet y los computadores). Compran por comodidad (parqueo, juegos), compran por credibilidad o sea el respaldo que les da una marca o compran por el estatus que representa usar un producto. No todas las ideas tienen que ser muy sofisticadas. Puede ser algo existente y ofrecerlo más rápido, mejor distribuido, con mejores condiciones de pago, etc. En todo caso con un elemento diferenciador importante frente a la competencia. Insisto, muy enfocado al mercadeo.

A diferencia de los que optan por ser empresarios como escampadero, se requiere una buena dosis de pasión por lo que se hace, convivir con la incertidumbre y perder el miedo al fracaso por que el único que no se equivoca es el que no hace nada, pero vale la pena optar por este gratificante modo de vida, que no nos libra de las crisis u otros obstáculos, pero es una forma de saborear la libertad, de pasar de los derechos a las responsabilidades, de saber que la suerte no existe, que se tiene toda una vida para ser ordinario y solo una oportunidad para ser extraordinario.

Los interesados en emprender pueden aprovechar las actuales instituciones de apoyo como el parque de innovación empresarial, el fondo emprender, las incubadoras de empresas, Los gremios con su vocación exportadora y de contribuir al empleo, las secretarías del emprendimiento y otras entidades que fomentan la creación de empresa y que infortunadamente no existían en mi generación. 

No podemos esperar a que el gobierno solucione todo o basar el aprendizaje únicamente en la academia. Lamentable el hecho de que en colombiael nivel de lectura percapita no supera 2 libros por año en promedio, mientras que los países desarrollados pasan de 10. Si en vez de dedicar 3 horas semanales a ver novelas o realityes los jóvenes leyeran ese tiempo equivalente, en tres años serían expertos en un tema, y es que el empresario prospero debe investigar y leer mucho para encontrar respuestas y escalar posiciones en su negocio, en especial sobre asuntos de ventas o mercadeo.

No es cuestión de suerte, estudio, dinero o salud. Es de actitud. El hombre no hace nada hasta que la causa para la cual trabaja, posee todo lo que hay en él.


Por Eduardo Gómez Giraldo.

¿Qué te falta para poder empezar?


Me escribe una lectora comentándome que su principal obstáculo es la falta de seguridad ante nuevos emprendimientos. De hecho, no es la primera que me comenta algo así. ¿Cuántas veces le has dado vueltas a algo en tu cabeza y al final no te has atrevido a dar el primer paso? Tienes en mente una idea, algo que te hace mucha ilusión, que te apetece mucho pero siempre le encuentras un pero, ¿verdad? Ya sea empezar tu propio negocio, cambiar de profesión o cambiar algo de tu vida que no te satisface, parece que nunca te atreves a dar ese primer paso.

Primero decirte que es normal, ante cosas nuevas, el miedo y la inseguridad aparecen rápidamente. No te pasa sólo a ti, nos pasa a todos. El miedo es ese compañero constante que no te abandona ni a sol ni a sombra. A veces es bueno, evita que cometas locuras; pero normalmente es un estorbo, te impide hacer lo que realmente quieres hacer. Como ya he dicho en otras ocasiones, el miedo se disfraza de excusas que, para ti, son poderosas razones para no hacer lo que quieres hacer. Ante un nuevo emprendimiento algunas de las más frecuentes son:

  • Falta de motivación
  • Falta de seguridad o confianza en ti misma
  • Falta de experiencia o conocimientos
  • Falta de tiempo


¿Cuál de estas excusas te pones tú para no empezar? Para empezar algo nuevo lo más importante es sólo una cosa: querer. Cuando realmente quieres hacer algo, no hay nada que te pare. Aunque tengas miedo, aunque creas que no sabes lo suficiente, sigues adelante. Y una vez has dado el primer paso y llevas parte del camino recorrido, si miras para atrás te das cuenta de que:


1. Tu visión es lo que te mantiene motivada. No necesitas una motivación especial para empezar. Si la tienes perfecto y si no, llegará a medida que vayas avanzando y logrando cosas. Lo que de verdad importa es que tengas en mente qué es lo que quieres conseguir y por qué es importante para ti.

2. Es difícil tener seguridad en ti misma al principio. Pero al igual que con la motivación, a medida que avanzas y aprendes cada vez tienes más confianza en ti misma. Cada vez aprendes más rápido y te das cuenta de que lo que de verdad marca la diferencia y genera resultados es actuar, implementar lo que sabes cuanto antes. Formarse es importante, pero hacerlo indefinidamente como excusa para no empezar (porque tienes miedo de no estar a la altura) no te va a llevar a ningún lado. Hasta que no empiezas no te das cuenta de que estás sobradamente preparada y lo que te falta lo aprendes o contratas por el camino.

3. Cuando sabes el “qué”, el “cómo” aparece. Es una de las partes más agradables de atreverte a empezar algo nuevo. Cuando sabes qué quieres pero no cómo lo vas a lograr y aún así tomas la decisión de ir a por ello, entonces el cómo se va presentando poco a poco. A lo mejor te gustaría tener tu propio blog pero no tienes ni idea de cómo empezar y, de repente, te llega al correo el artículo “Cómo empezar tu blog en 3 pasos”. O te decides a empezar tu propio negocio y ves un anuncio de un coach o consultor especializado en emprendedores. Los más escépticos no os creeréis esto, pero pasa. Ya lo dice el refrán “Cuando el alumno está listo, el maestro aparece”. ¿La explicación “científica”? Cuando te centras en algo empiezas a notar cosas que antes te pasaban desapercibidas. Seguro que habías recibido un montón de mensajes sobre blogs, pero ni te diste cuenta porque no era tu objetivo. Ahora que lo es, empezarás a encontrar lo que necesitas para avanzar.

4. Cada uno saca tiempo para lo que quiere. Si no tienes tiempo es que no te interesa sacarlo. Es una cuestión de compromiso. No tienes por qué hacerlo tampoco, puedes seguir como estás. Pero si realmente quieres cambiar, ¿qué puedes hacer hoy mismo para sacar tiempo?


En mi experiencia, si de verdad quieres sacar adelante algo nuevo, tener una visión, un plan, una estructura y alguien que te apoye y te guíe es fundamental. Pero lo más importante de todo es estar comprometida al 100% con tu proyecto. ¿Tú lo estás?


Por Aida Baida Gil

¿Cómo generar más ingresos?


Resumen: ¿Buscas formas de generar más ingresos en tu negocio de servicios que no requieran de tanto tiempo? Entonces lee este artículo para aprender 5 formas de lograrlo.

Si vendes cualquier servicio, seas consultor, autor, coach, abogado, contable, etcétera, necesitas estar físicamente presente para generar ingresos, ¿correcto? ¿Pero qué pasaría si te enfermaras o te fueras de vacaciones? Piensa en esa pregunta. ¿Qué pasaría si no estuvieras presente para generar ingresos?

Si tu negocio depende de tu presencia física y por la razón que sea no puedes estar ahí para ganar dinero, estás básicamente a un paso de la quiebra (a menos que dispongas de un equipo que maneje el negocio y tú solo tengas que recoger el dinero). 

Pero ¿sabías que existen muchas formas de generar ingresos pasivos (pasivo = no tienes que estar presente) que te permiten disfrutar del tiempo, la libertad financiera y de las cosas que más te importan, sean familiares, amistades o unas ricas vacaciones 2 o 4 veces al año? Claro que sí, y aquí te menciono 5 de tantas que te ayudarán a lograrlo.

1. Reportes o ebooks

Esta estrategia la conoces. Básicamente transferirás tus conocimientos a reportes o ebooks electrónicos que se vendan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, a través de tu página web. El trabajo físico está en la creación, pero, una vez creados, los puedes vender para siempre sin estar presente. ¡Eso me gusta! ¿Y a ti?

2. Audios
Con esta estrategia tienes varias formas de generar ingresos. Puedes grabar una serie de audios donde compartas diferentes estrategias que ayuden a la persona a lograr algo o puedes grabar una serie de clases en audio y enviarlas semanalmente a través de un autorrespondedor.

Lo que me gusta de esta estrategia es que no tienes que escribir nada. Claro, la carta de ventas tiene que ser escrita, y los emails que enviarás, pero el trabajo “pesado” se convierte en liviano porque solo usas tu voz. ¡Y puedes ir más allá!

3. Audio en CD

Estas clases o series de audios pueden convertirse en productos físicos que envíes a cualquier parte del mundo sin que tengas que mover un solo dedo (hay empresas que se encargan de copiar el audio a un CD y enviarlo por ti a precios ridículamente bajos).

Si te fijas en mis productos, la mayoría son audios que la persona puede descargar o escuchar en mi página web, pero ahora convertí esos audios en CD a través de mi curso Páginas Web que Atraen y Venden, y las personas podrán recibirlos en su casa.

4. Teleconferencias

Las teleconferencias son excelentes porque te permiten educar a cientos a la vez desde la comodidad de tu hogar o tu oficina. Puedes grabarlas y vender los audios en tu página web para siempre y de forma automática.

Si miras mi ejemplo, grabé la teleconferencia Cómo Crear, Promocionar y Vender tus Propios Reportes o Ebooks. Vendí la teleconferencia y ahora los audios están listos para que las personas los compren cuando quieren. ¿Dónde estoy yo cuando eso sucede? Durmiendo, de pachanga con mis amigas o descansando en mi hogar con mi familia. Eso me encanta porque la libertad del tiempo es uno de los valores más importantes para mí.

5. Membresías

Tuve un grupo de membresía en el pasado, y en el que viene regreso con otros más agresivos. Básicamente consisten en que un grupo selecto de tus clientes tendrá acceso a un portal o foro privado donde les enseñes a cambio de una cuota mensual.

Esto se conoce como Ingresos Residuales, y será la estrategia en que con más agresividad me enfocaré en el año que se avecina porque no hay nada como recibir ingresos mensuales sin la necesidad de estar creando más productos o servicios. De hecho, yo pertenezco a 3 grupos privados y pago $97 mensuales por 2 de ellos y $147 mensuales por el otro. 

Amado lector: Existen muchas formas de generar ingresos pasivos, que es lo que quiero para ti. Las que compartí son solo 5 de tantas, y la pregunta sería…

¿Estás atado frente a tu computadora todo el tiempo? ¿Estás planificando la siguiente estrategia que te permitirá ganar más dinero de una forma más pasiva? Piénsalo porque fácilmente estarás a un paso de la quiebra si te enfermas o no puedes continuar tu negocio por un tiempo por la razón que sea.


Por Diana Fontanez

Incubar negocios


Ser visionario, entusiasta, tener buenos propósitos, conocer la fórmula que lo ayudará a construir una empresa capaz de facturar varios miles y por qué no millones de dólares, pero no tener los recursos necesarios para sacar adelante sus proyectos, o no contar con una completa red de contactos necesarios para establecer alianzas estratégicas para fortalecer su idea o para conseguir clientes iniciales que apuesten por usted........¿es éste su caso?.

Pues no hay excusa, hay cientos de incubadoras de empresas, capitalistas de riesgo, entidades bancarias, organizaciones gubernamentales o no, cámaras de comercio, consultoras de franquicias, personas y, para no extender mucho la muestra, concursos de emprendedores dispuestos a escuchar y analizar su proyecto para darle un visto bueno y apoyarlo financieramente si el mismo es realmente bueno y bien estructurado. 
Incubar Futuro, la Incubadora de Empresas de Antioquia, Ventures, Accenture, Factoría Gris, Mundo Franquicias,Ideas4Capital, son algunos cuantos ejemplos de entidades atentas a emprendedores como usted.


El conocimiento, la creatividad, el entusiasmo, son activos muy valiosos y muy bien valorados en esta época de grandes cambios. Cada una de las empresas y personas interesadas en un desarrollo económico y social, deben apoyar con entusiasmo no sólo a emprendedores dispuestos a arriesgarlo todo con tal de sacar adelante sus sueños, sino a realizar un verdadero cluster con incubadoras de negocios y demás entidades dedicadas a la identificación y apoyo de visionarios ansiosos por hacer su aporte a la sociedad. El acercamiento a éstas organizaciones no debe ser simplemente simbólico, sino real, no sólo a través de donaciones sino mediante acciones direccionadas a brindar asesoría a los futuros empresarios que estarán de seguro muy agradecidos de escuchar a ejecutivos y empresarios con gran experiencia, para que estos les comenten sobre sus actos, y que estos participen activamente en ayudar a trazar el camino de nuevas organizaciones evitándoles cometer errores que retrasen su paso a la consolidación, necesario para salir del seno protector de una incubadora de empresas. Es también preciso que las organizaciones acompañen a los emprendedores a través de la contratación de productos y/o servicios ofertados por estos, capaces de competir con otros proveedores consolidados en el mercado; aquí la invitación es a que los empresarios consolidados confíen en las nuevas promesas y se rompa el veto a la entrada de nuevos proveedores o competidores en el mercado, toda vez que en el mediano y largo plazo dicho apoyo se convertirá en un fortalecimiento de la economía nacional, en incrementos de calidad, competitividad y productividad.

Si usted es un visionario convencido de las posibilidades de éxito de su proyecto, busque la mejor alternativa para incubar su negocio. Si usted es un empresario o ejecutivo perteneciente a una empresa consolidada en el mercado, acérquese a las incubadoras de empresa, cámaras de comercio y demás entidades que apoyan nuevas promesas, para prestar un verdadero apoyo y de ésta forma, contribuir activamente en el desarrollo de su comunidad.


Por Hermes Ruiz Rincón


Emprededators

En el planeta tierra, una nueva especie de aspecto humanoide irrumpe con fuerza en las economías desarrolladas y en vías de desarrollo del planeta tierra.

Esta nueva raza, es amparada, protegida y alentada en espíritu, para generar nuevas ideas, nuevos proyectos y en lo posible, con el apellido de “innovadores”.
Lo cierto, es que esta especie de androide movido por la ambición, habitualmente tiene una muerte triste y en soledad.

Pareciera que el ímpetu impuesto para su proliferación fuera un espejismo, o al menos, una carnada fresca ante la desesperación y anhelos exuberantes por lograr el éxito y el reconocimiento. El espíritu de este humanoide, es libre, soñador y con elevados niveles de ilusión, constantemente apuñalada por la poca sintonía con el mundo que le rodea.

El mundo real, donde vivimos físicamente, incluido este humanoide, está compuesto por varias especies y subespecies de seres que conforman familias, villas, pueblos, ciudades, países, continentes, pero un solo planeta. Es allí donde interactúa y de desenvuelve.

El espíritu que regenta este humanoide, se forja por varias fuentes, las más comunes son la adversidad y la imitación. Cuando aflora por vía de la adversidad, la meta fundamentalmente es sobrevivir a través de la creatividad, iniciativa y lucha constante, y cuando nace por imitación, la meta es ser y hacer lo mismo que el más top de los humanoides. Hoy, regalan dinero para ponerse el título de emprendedor. Esto ha generado un boom de “emprendimiento” imitativo.

En el planeta donde el emprendimiento está de moda, hay muchos emprendedores cortados por la misma tijera, que desde la óptica de la inversión son fácilmente catalogables, como por ejemplo, el emprendedor científico o de laboratorio, el emprendedor que siempre quiso ser emprendedor, y el emprendedor que no tiene conciencia de serlo. Estos subgrupos, podrían ser motivo de un artículo de taxonomía, pero me gustaría concentrar la atención en ese emprendedor que no tiene conciencia que es emprendedor, pero que emprende cada segundo de su vida.

Este emprendedor inconsciente, es aquel que no sabe hacer otra cosa que no sea luchar. Para ponerle el título de emprendedor inconsciente Premium, debe tener algún título profesional, pero para llamarlo EMPRENDEDATOR, debe tener cicatrices en cada uno de los planos de la vida, capaces de cubrir con una piel gruesa el constante apaleo y vaivén entre la frustración y la felicidad. Para este emprendedor de piel curtida y temple de acero, no le hace falta dinero para emprender. Sus sueños son tan nítidos que no le queda más remedio que ir en búsqueda de ellos a paso firme.

He visto EMPRENDEDATORS repartidos por el mundo, algunos que sin tener manos tocan guitarra y que sin tener una gran visión, son capaces de ver bajo el agua. Habitualmente, hablan un lenguaje común, el lenguaje de la intuición y puedes encontrarlos en lugares poco habituales y algo exóticos.

Hace poco me tope con uno en el desierto del Sinaí, porque para él era el mejor lugar del mundo para cultivar peces, pero donde me he topado con muchos, es en la luna!, ahí solemos estar todos en algún momento del día o de la noche.  


Por Aarón Golzman

El plan B y el plan C


Diana García, abogada trabajando en una oficina de abogados con un atractivo sueldo, disfrutaba su vida en la ciudad de México sin pensar que un día la despedirían. Reconociendo que el despido le dolió mucho y después de llorar por su situación, pensó que esta era la oportunidad de perseguir su sueño.

Cuatro meses después, inició su Plan B, estableció un negocio propio de comida rápida esperando que trabajando apasionadamente, tendría una vida más saludable, con tiempo para ella misma y con seguridad económica. En lugar de eso, después de algunos meses se vio a si misma trabajando todo el día sin descanso, los siete días de la semana. Se levanta a las 5:30 de la mañana (antes que cualquier abogada que ejerce su carrera) y hace todo tipo de trabajos físicos. Los domingos los dedica a trabajos administrativos y a estar al día con la contabilidad de su negocio establecido formalmente.

Diana dice que su Plan B es más duro que su trabajo anterior como abogada y que en su afán por ser emprendedora, solo pensó en trabajar para sí misma siendo su propio jefe, ser libre para disponer de su tiempo y obtener satisfacción personal y profesional. Nunca pensó en los riesgos: la curva de aprendizaje tan pronunciada, el esfuerzo físico requerido trabajando más de 12 horas al día y el estrés que ello ocasiona.

La decisión de convertirse en emprendedor no debe tomarse a la ligera. Algunas veces los medios de comunicación nos presenta historias de héroes emprendedores que se cambiaron con éxito de empleados a empresarios pero la realidad es que, aunque se presenten tiempos de crecimiento y bonanza en el negocio propio, el riesgo de fracaso siempre está latente y la demanda de tiempo permanece o incluso aumenta para el o los propietarios.

En otro caso, buscando entre otras cosas, tener tiempo para ella misma, Laura emprendió una nueva vida como organizadora de bodas, después de estar trabajando en una empresa ganando $600 mil por año trabajando 12 horas diarias. Ella describe su experiencia de organizadora como “creativa, divertida, llena de detalles y programas”. Sin embargo, un poco después de haber iniciado su negocio, se dio cuenta que su ilusión de trabajar de 9 de la mañana a 7 de la tarde se desvanecía. Con frecuencia se queda trabajando en su computadora hasta pasada la medianoche, haciendo presupuestos detallados, modificando su página web, y cuando tiene una boda en puerta, trabaja hasta 17 horas el día delevento. 

Cuando tuvo su primer cliente, un ex-compañero de la escuela, le cobró $25 mil pesos por un trabajo que le costó organizar durante cinco meses, más que el interés por la paga, ella se quería probar a si misma. Cuando calcula su pago por hora de trabajo, a veces solo obtiene $20 pesos por hora en lugar del equivalente en su trabajo anterior de $192 pesos. En los negocios propios la aritmética muchas veces no justifica el tiempo empleado. Cuando uno es su propio jefe, la jornada diaria de trabajo realmente nunca termina.

Hace tres años, José Claudio, después de haber sido despedido de su empleo como gerente de recursos humanos, aplicó también su Plan B, decidió cambiar de residencia y se fue a vivir a una ciudad que ha tenido mucho desarrollo industrial; su sueño era crear una empresa de servicio de comedores industriales. Hoy, más que dedicarse a diseños de menús y de comidas balanceadas, emplea más del 60% de su tiempo en trabajos administrativos, No solamente es su propio jefe, también es su propio contador, vendedor, mercadólogo, encargado de almacén y repartidor. José Claudio dice: “Hay días en que no hago nada relacionado con alimentos, solo hago muchas otras actividades”.

Aun cuando los negocios propios se estabilicen, los sacrificios personales están a la orden del día. Ser emprendedor en lugar de empleado de una empresa, obliga a sacrificar las prestaciones comunes de atención médica, aguinaldo, vacaciones pagadas y prima vacacional, entre otros. Un joven empresario comenta que mientras su negocio se estabilizó, a veces solo comía avena preparada y un flan como postre.

Ocasionalmente, cuando se va en pos del Plan B, puede existir la necesidad de un segundo empleo temporal y si ello es posible, se toma como opción. Laura, la organizadora de bodas, en los primeros meses del inicio de su negocio propio, trabajo por horas en una escuela como coordinadora de orientación vocacional recibiendo una paga equivalente de $120 pesos por hora. “Era una carga muy pesada, pero tenía que pagar algunos gastos cada mes”, dice Laura.

Otras veces, el negocio que se inició con tanto entusiasmo y tantas expectativas, solo da para sobrevivir en la informalidad, cuando ello sucede así, es tiempo de replantearnos el negocio, de buscar otras alternativas. La buena noticia es que un esfuerzo emprendedor que no funcionó como esperábamos, nos prepara para otra oportunidad y cuando esta oportunidad se busca con ahínco, por lo general encontramos nuestro Plan C que justificará todos los riesgos e incertidumbre que enfrentamos en nuestro Plan B.


Por Juan Manuel González Cerda

viernes, 14 de febrero de 2014

¿Cómo eliminar el miedo a la competencia?

Una de las mayores preocupaciones como profesional o emprendedora es siempre la competencia. De hecho, es una de las primeras cosas que se tienen en cuenta: analizar la competencia. Es algo inteligente y hasta imprescindible, desde luego; pero también puede ser perjudicial porque incrementa mucho tu inseguridad, sobre todo si aún no estás bien establecida. Lo primero que piensas es, “Pero como van a encontrarme a mi si hay miles de... (coaches, abogadas, médicos, lo que sea)”. Y te entra una angustia que prácticamente hace que quieras abandonar. Otra opción es pensar que no estás a la altura, que nunca vas a poder llegar tan alto como… y te comparas con gente que lleva ya años en la industria.

Esto nos pasa a todos, especialmente al comienzo de algo nuevo. Analizar la competencia es algo que como negocio tienes que hacer (y como profesional también), pero no para compararte sino para ver lo que hay, lo que funciona, lo que te gusta y lo que no. ¿Qué puedes hacer entonces para no agobiarte o paralizarte por el miedo a la competencia?

1. Tener muy claro tu modelo de negocio, qué quieres ofrecer y a quién. O, si eres profesional, tener muy claro qué quieres profesionalmente. Para eso, tienes que sentarte a pensar en lo que tu quieres, no en lo que está haciendo la competencia que yo tengo que copiar. NO. Puedes analizar la competencia para coger ideas y ver lo que te gusta pero no para copiar. Primero porque es algo desleal e ilegal y, segundo, porque serías una vulgar copia. Aplica lo que te guste a tu negocio de forma personalizada y piensa en qué es lo que de verdad te gustaría hacer a ti, aunque sea diferente de lo que hace la mayoría….

2. Se tu mismo. Hay una cosa que te diferencia del resto del mundo, tu misma. Por mucho que haya miles de profesionales con tu especialidad, ninguno son tu, con tu estilo, tu personalidad; y solo eso ya atraerá a muchas personas. Lo único que tienes que hacer es mostrarte como eres. Esto es lo que te decían tus padres y lo que dicen en las películas pero es verdad. No finjas algo que no eres porque no va a funcionar. Se natural, se tu. Que te encanta hacer bromas, hazlas con tus clientes, que te encanta bailar, aplícalo a tu negocio (sí, se puede, quieres un ejemplo: Marie Forleo), que dices tacos más que hablas (también conozco a una coach muy buena que no se corta un pelo, Naomi Dunford). Sé tu, esa es la mejor manera de separarte de la competencia: tus experiencias, por lo que has pasado, tu sentido o no del humor, tu forma de escribir, tu optimismo o dureza….

3. Deja de querer gustarle a todo el mundo. Lo entiendo perfectamente y, además, es característica propia de las mujeres, queremos caerle bien a todo el mundo, queremos que a todo el mundo le guste como somos, lo que vendemos, cómo escribimos y los colores de nuestra web. El hecho es que eso no va a a pasar. Por muy maravillosa, elegante e inteligente que seas y por increíble que sea lo que vendes, siempre habrá gente a quien no le gustes. Punto.

Lo mejor de todo esto es que no pasa nada, es ley de vida. Aunque te pique un poco no te tienes que obsesionar, porque empezarás a ser quien no eres solo para gustar y eso no te lleva a ninguna parte, te diluyes entre la multitud. Volvemos al punto anterior, se tu misma, eso te hará diferenciarte y sí, probablemente tendrás más críticas, pero también tendrás muchas personas encantadas con lo que haces porque solo tu lo haces así. ¿Qué te llegan críticas? Aplica lo que corresponda, mejora tu servicio y no te enganches en discusiones inútiles.


Por Aida Baida Gil

LABOR DE HORMIGAS

Disciplina y perseverancia para llegar a las metas proyectadas

Carlos se graduó hace más de diez años de un Instituto superior, salió con un excelente cartel que auguraba un éxito casi asegurado, tres meses después obtuvo un buen trabajo con un sueldo envidiable pese a su corta experiencia; logró contactos, experiencia, estando posicionado entre los mejores pero decidió hacer gastos e inversiones precipitadas; esto  pertenece al primer año. Luego cambió de trabajo pero la administración de su dinero era su talón de Aquiles; en la actualidad después de diez años, su talento se mantiene igual pero sus frutos continúan siendo una expectativa y conseguir un trabajo una espera inquietante. Por otro lado Ernesto quien académicamente llegó hasta 3ero de primaria, empezó un negocio en la informalidad hace exactamente diez años, se dedicaba a la venta de ropa en las veredas de un mercado, donde su vitrina equivalía a un plástico azul sobre el suelo, él con su familia vivían cada cierto tiempo en un distinto alquiler, hasta    que después de diez años tienen un local en una galería, un departamento que dentro de poco terminarán de pagar y un proyecto real de seguir abriendo otra tienda para la venta de ropa.
Un profesional y alguien que no culminó primaria, comodidades inmediatas frente al aplazamiento de preferencias; ¿qué los diferencia?, ¿no es de esperarse que Carlos demuestra una mayor estabilidad económica que Ernesto y su familia?, ¿es justo? Lo anterior son algunas cuestiones que saltan a la vista y que sólo pueden ser contestadas a la voz de la experiencia.
Entre líneas se pueden extraer dos conceptos, inteligencia y disciplina, el primero se analizará desde su desempeño funcional, es decir la definiremos como la capacidad de descubrir nuevos caminos de acción a partir de actos variados, apropiados y efectivos  que permitan resolver problemas con eficacia; entonces ser inteligente es adaptar tu comportamiento a distintas situaciones con el fin de ser eficiente en la tarea encargada, no eres más inteligente porque conoces más que otros.
Ahora, no es la repetición de conductas que notas en otros lo que te hará inteligente; ya que lo que ves te servirá para algo en particular y no en distintas situaciones donde tú mismo debes adaptar ese principio para que sea efectivo en otros escenarios, por ello debes desarrollar habilidades tanto cognitivas como sociales para lograr esa mejor adaptación, vale mencionar que tenemos factores temperamentales que nos dotan con talentos y nos hacen únicos para desempeñar una o más funciones específicas, que conforme se estimulan pueden adquirir mayor alcance, y por último ¿has notado que tienes capacidad para realizar competentemente una actividad? Así creas que no, sí la tienes ya sea para el deporte, la música, dibujo, etc., entonces tienes aptitud para una o más cosas.
Vemos entonces que la inteligencia es resolver problemas a través de distintos caminos y que se den resultados tanto eficaces como adaptativos, pero ¿con eso basta?; no. La habilidad, la competencia y la aptitud pueden estar en ti pero si no hay un factor de disciplina que dirija tu comportamiento entonces te estancarás y eso no es igual a detenerse, sino retroceder como sociedad, ¿te has dado cuenta cómo vivimos?
No se puede negar que nuestro país ha superado índices de pobreza en grado progresivo desde el 2008 hasta el 2010 según lo señala INEI, el crecimiento económico contribuye a más inversiones y como consecuencia más trabajo, pero eso no hace que socialmente estemos en “vías de desarrollo”; el llegar tarde, permitirnos descansos en horas de trabajo, hacer otras actividades mientras nos pagan por hacer una en específico, evadir la formalización de un negocio, no pagar impuestos, etc no demuestran un “desarrollo social” porque no en todos los peruanos está la idea de la disciplina y por ende la responsabilidad.
Entonces ¿ser disciplinado contribuye con mi sociedad?; sí, porque requiere que seamos responsables, además estimula un autocontrol al notar que debes privarte de algunas comodidades para lograr la meta establecida, por eso si emprendes un nuevo negocio hay que prestar atención a conceptos claves: trabajo en equipo, continuidad y persistencia.
El trabajar en equipo facilita el acceso a mayor productividad en un tiempo reducido, es lo que se espera; para ello no necesitas gente sumamente capacitada, sino gente hábil para resolver problemas con eficiencia en distintos ambientes, que tenga claro qué deseas de la empresa y qué metas semanales, mensuales y anuales tienen conseguir, en otras palabras que adquieran convicción y disposición para cumplir el objetivo; sin embargo te toparás con personas  que compiten en el mismo rubro en que te desempeñas, veamos para esto un caso. Starbucks, es una empresa que no sólo te vende un buen café, sino además vende un espacio donde socializar y así pasar un buen tiempo para conversar, es como lo describen en su web “Un lugar donde conversar y sentirse parte de la comunidad”, ese es un valor agregado, que si no lo tienes no puedes participar dentro de los mejores.
La continuidad y la persistencia es ir en contra de la visión “corto plazo”, y eso demanda que hagas un proyecto realista que incluya un respaldo económico y buen material humano, por ello trabajo en equipo, tiempo, edificación y superar los obstáculos propios del mercado y de ti mismo son escollos que debes sobrepasar.
Entonces, el ser inteligente o poseer cierto talento no basta, puedes quedar en una promesa más no en una realidad factible, debes trabajar tu habilidad en distintos escenarios con perseverancia. Bien lo dicta el proverbio “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”.
Ahora tú decides ¿de plástico a vitrina, o seguir en tus expectativas?


Por Oscar Plasencia


Imitemos la excelencia

Barcelona FC, es el ejemplo de cómo se debe manejar una institución deportiva para alcanzar el éxito

Para muchos el Barcelona F.C. solo es un equipo de fútbol, considerado como el mejor de todos los tiempos por algunos expertos del balompié. Sin embargo, este club español, más precisamente catalán de la ciudad de Barcelona, no se limita solo a la práctica del fútbol, tiene equipos en diferentes disciplinas deportivas, como basquetbol, hockey, balón mano y futbol sala; e incluso algo que se desconoce es que aparte de ser un club famoso mundialmente por su equipo de fútbol, es también una gran empresa deportiva digna de imitar en todo aspecto, cumpliendo así con el gran rol de responsabilidad social, par de palabras tan utilizadas hoy en día pero tan poco practicadas entre las empresas deportivas.
La palabra clave que define el estilo de juego del Barcelona FC, así como también la forma de manejar la institución es EXCELENCIA. Los dirigentes han sabido elaborar un plan de trabajo a la perfección, con cada pieza en su lugar, y en total transparencia para cada uno de los socios, algo que deberíamos imitar también en nuestro país. Por otro lado, el gran éxito del modelo deportivo del club blaugrana se refuerza con la centralización en la ciudad deportiva de todos los servicios  relacionados con el fútbol. Es el centro de la actividad deportiva del Barcelona FC, donde coinciden el talento y el trabajo bien hecho.
Es así como en esta ciudad deportiva se encuentran todos los centros claves para el crecimiento profesional de las jóvenes promesas que llegan de diferentes partes de España y del mundo para cumplir su sueño de ser jugadores profesionales. Podemos citar por ejemplo a La Masía, lugar de residencia de muchos de estos jovencitos quienes ya no tienen que movilizarse de un lado a otro porque allí se les brinda todo tipo de comodidades con el objetivo de que puedan entrenar con total tranquilidad y sin preocupaciones.  
Barcelona FC también cumple con calidad y excelencia la tarea de responsabilidad social. Actualmente, viene apoyando a la asociación española contra el cáncer de mama; además, en las campañas de erradicación contra la polio, a favor de los hábitos alimentarios saludables. Incluso la fundación del club y su emblemático jugador Andrés Iniesta dieron inicio a la campaña “Un juguete, una ilusión”, que tiene el objetivo de enviar juguetes a miles de niños que viven en zonas desfavorecidas de América Latina, África y Oriente Próximo. Entre estas y otras actividades, el club ha podido comprometerse y comprometer a otras instituciones en la gran labor de ayudar a los demás.
Por último y no por ello menos importante, Barcelona es el líder entre los clubes deportivos mundiales en las redes sociales, con unos datos asombrosos. Tiene más de 42 millones de fans en Facebook y 5 millones de seguidores en Twitter, y es el canal líder en España en Youtube. El presidente del club Sandro Rosell afirmó que esta es una herramienta fundamental para que el club siga creciendo y logrando la globalidad mientras se mantiene el orgullo de la entidad.
Como podemos ver, el Barcelona FC es más que un equipo de fútbol, es realmente una empresa dispuesta a llegar a la excelencia en todo aspecto en el cual puedan competir. Es un gran ejemplo a imitar para nuestros clubes de fútbol, para nuestras empresas, y también para los jóvenes emprendedores que apuntan a lograr sus objetivos en un futuro próximo. Se dice por allí que lo bueno se imita y se copia, y el ejemplo del Barcelona FC debería ser aplicado por las instituciones que desean salir adelante.

Por Antonio Herrera



jueves, 13 de febrero de 2014

Aprender a emprender

Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar el anhelo del mar libre y ancho” - Saint-Exupéry

La empresa ejerce un liderazgo en la sociedad de hoy, en muchos aspectos (investigación, innovación, mercadeo, comunicaciones, servicios, control de calidad, etc.). A esa posición y a sus resultados organizacionales y económicos la han conducido personas con características especiales: emprendedoras, con capacidad directiva, líderes. Ese espíritu emprendedor propio de la empresa es válido para las personas en particular. Empieza realmente en ellas. 

Pero consideremos antes qué significa emprender. Emprender es mucho más que poseer información, que tener conocimientos o estar muy preparado. Se necesita convertir todo esto en acciones o realidades que demuestren que lo que se sabe y se conoce tiene validez en la búsqueda de contribuciones al desarrollo empresarial. 

Es necesaria la “sabiduría práctica”, es decir, saber interrelacionar los conocimientos y experiencias y traducirlos, convertirlos a realidades que funcionen, que produzcan determinados resultados, de acuerdo con los medios de que se dispone. 

Otro ingrediente importante para desarrollar la capacidad emprendedora es la actitud frente al riesgo, entendido no como el comportamiento irresponsable del individuo frente a situaciones peligrosas –temeridad–, sino como la preocupación permanente por retar la estabilidad de lo rutinario, por encontrar alternativas distintas para hacer las cosas.

Parte de la capacidad emprendedora son la imaginación, el entusiasmo y la motivación, que van muy unidas al espíritu creativo, que constituye un buen acicate para emprender. Un ingrediente fundamental de la persona emprendedora es la capacidad de soñar con nuevos horizontes, el afán de lucha permanente por lograrlos, y la actitud positiva de pensar siempre que son posibles. Para darse cuenta de si uno realmente desea un futuro mejor, lo mejor que puede ocurrir es hacer que suceda. 

La persona emprendedora tiene la capacidad para salirse del camino normal, para ver lo que otros no ven, para pensar y hacer lo que parece imposible porque para ella lo posible ya está hecho. De ver en cada cosa oportunidades para hacer lo que otros no hacen. 

El secreto del éxito por parte de quien emprende un proyecto, empresa u organización es estar permanentemente enamorado de ese proyecto, del propósito fundamental que lo anima y de las metas que quiere alcanzar. El origen de la palabra empresa está relacionado con el término antiguo “impresa”, que significa lema o divisa para distinguir una aventura caballeresca. Era el símbolo que los caballeros llevaban impreso en sus escudos o armaduras, que les recordaba a ellos y a los demás permanentemente el fin específico que se proponían. 

En el español de hoy lo relacionamos más con el término emprender: la tarea de un grupo de personas con el propósito determinado de producir unos determinados beneficios. Lo cual supone siempre una labor ardua o difícil. Sin este espíritu emprendedor no surgen ni prosperan las organizaciones. Entre los beneficios que produce la empresa están, desde luego, los económicos, para sus socios o dueños, para sus aliados estratégicos o grupos de interés, entre ellos sus empleados. Pero son igualmente importantes los beneficios de orden personal, todo lo que tiene que ver con el desarrollo y perfeccionamiento humano de su gente. 

También algo de lo que se habló ya, el capital intelectual: la experiencia y los conocimientos, el saber acumulado y práctico que hay en las personas (capital humano) y el que existe en la organización (capital estructural). Y finalmente, un beneficio que no puede faltar: la contribución de la empresa a la sociedad en la que está inmersa (responsabilidad social empresarial).

Por Jorge Yarce

6 pasos para averiguar en qué emprender


  1. ¿Sabes ya lo que te apasiona? Quizás para responder a esta pregunta tienes que indagar un poco en tu interior. Conocerte es básico para que sepas lo que te emociona. Haz una lista con todo lo que te gusta, por muy tonto que te parezca, aficiones, hobbies, todo lo que se te ocurra, como una tormenta de ideas. En esta fase no estás tomando una decisión, ni juzgando si es una tontería, simplemente estas exponiendo una serie de ideas para poder considerarlas más adelante. ¿Qué es lo que no te importa hacer? ¿Qué es aquello que haciendo pierdes la noción del tiempo? ¿Qué te da igual hacer a cualquier hora porque siempre te apetece?
  2. Eres bueno, muy bueno. Ahora que ya tenemos la primera lista, vamos a por la siguiente. Normalmente lo que se nos da bien, suele tener relación con lo que nos gusta hacer, pero no siempre somos conscientes de ello. Así que para hacer ésta lista vamos a recurrir a los que tenemos alrededor. Hacer participar a los que te rodean es una buena manera de conocer aspectos que otros ven de nosotros mismos y que desconocemos. No es momento de que nos juzguen, ni de que hagan una lista de pros y contras, simplemente que te digan según ellos (mejor pregunta a unos cuántos, familia, amigos. . . ) que creen ellos que se te da bien, que eres muy bueno. Recuerda cuando te hayan dicho lo bien que te había salido hacer tal y tal cosa. Sea lo que sea, entenderte bien con niños, cuidar flores, hacer dulces, cualquier cosa.
  3. Oportunidades de mercado. Cuando se quiere emprender, muchos piensan en crear algo que todavía no esté inventado y de ahí viene esa expresión: “es que ya está todo inventado”. ¿Y qué? ¿Crees que para tener éxito tienes que inventar algo nuevo? Si es así siento desilusionarte (aunque en el fondo es una buena noticia) pero no es necesario. Basta con que descubras una necesidad de un colectivo o grupo de gente considerable (mercado) que no está cubierto. O quizás un servicio o producto que ya existe pero lo puedes mejorar añadiendo valor o haciéndolo de otro modo. Hay empresas muy grandes e importantes que simplemente han tenido éxito haciendo las cosas de otra manera y atreviéndose.
  4. Sé un experto. Si quieres abrirte camino emprendiendo tu negocio debes convertirte en un experto en tu materia. ¿Cómo puedes hacerlo? Volvamos a tu pasión, cuando algo te gusta mucho, casi de manera instintiva, absorbes toda la información posible acerca de tu tema. Te informas, te formas, te instruyes. Todo lo que cae en tus manos sobre ello te interesa, y si no, lo buscas. Fíjate sino en tus hobbies y pasatiempos, no te importa pasarte horas mirando cómo funciona algo, u organizando o coleccionando, la satisfacción te compensa ese tiempo. Si tu negocio es tu pasión pasa lo mismo. ¿Y cómo me convierto en experto? Pues conociendo más sobre ese tema que muchísimas otras personas a las que les pueda interesar tu conocimiento. Todos podemos ser expertos en algo, falta que tengamos el conocimiento y la experiencia. Así que si quieres convertirte en experto, busca todo lo que puedas encontrar sobre tu tema y practica, practica y practica.
  5. Encuentra tu nicho. Cuando un pasatiempo o hobby decides convertirlo en negocio, significa que le quieres sacar un provecho económico para que te permita poder vivir de él. Así que una vez conocemos lo que nos gusta, lo que se nos da bien, las oportunidades de mercado y somos expertos en ello, es la hora de conocer muy bien nuestro público objetivo, ese que está interesado en la solución que le vamos a ofrecer para solventar su problema. Si crees que todo el mundo puede ser tu cliente ideal, estás equivocado. Igual que te centras en ser experto sobre un tema (no se puede ser experto en todo), tienes que enfocarte en un tipo de público determinado, para conocer cómo piensan, qué sienten, qué hacen, qué problemas tienen y cómo puedes ayudarles. Se lo más específico posible y te ayudará a conocerlo mejor. Podemos tratar el tema del cliente ideal más ampliamente en otro artículo.
  6. Verifica el punto de unión en común. Después de todo el estudio que llevas hecho, seguro que te vienen un montón de ideas a la cabeza. Cuando juntes todas las listas es posible que veas puntos de conexión entre ellas. Esos puntos de conexión son los que pueden generar ideas que luego desarrolles y descubras posibles nichos donde poder emprender tu negocio. Puedes ofrecer servicios que tus potenciales clientes puedan necesitar y que puedan suplir una necesidad o una solución a un problema. Puede ser que les aporte bienestar, crecimiento, satisfacción, o que les ahorre tiempo, preocupaciones o dinero.


            Por Cristina López


Desarrollo con justicia social: retos de la educación superior del siglo XXI


La oferta de educación superior en el país se ha incrementado de manera significativa en los últimos años. Por ejemplo, entre 1996 y el año 2012 se crearon 43 nuevas universidades, la mayoría de ellas de gestión privada. Esta explosiva oferta ha supuesto que en el año anterior 2012 estén estudiando 1 millón 206 mil 978 jóvenes, en todo el sistema de educación superior.

Son múltiples las razones que explican esta expansión de la educación superior; los avances en la cobertura de la educación secundaria, el interés por invertir en educación y el discurso extendido de los beneficios socioeconómicos que trae consigo estudiar, son algunas de dichas razones.

Este proceso de expansión, consolidado en el inicio del siglo XXI, es conocido como “la masificación de la educación superior”. En la actualidad existe un debate alrededor de las ventajas y debilidades que esta masificacióntrae consigo. Por un lado, existen quienes afirman que la masificación ha supuesto una renuncia a los principios fundantes de la universidad sobre la formación de élites y una pérdida de los estándares a la calidad académica. Pero, por el otro, hay también aquellos que sostienen que la masificación abre una ventana de posibilidades para el desarrollo de las naciones y aporta a los procesos de democratización de las sociedades. Aunque opuestas, es posible encontrar un equilibrio entre expansión y calidad, a partir de decisiones de ordenamiento y regulación de dicha masificación.

En este contexto, el Consejo Nacional de Educación (CNE), en el marco del Proyecto Educativo Nacional (PEN), considera que la expansión del sistema de educación superior es positiva. No obstante, para que los beneficios de esta expansión alcancen a todos, es necesario imaginar un sistema de educación superiorlo suficientemente flexible como para que cada quien pueda construir su trayectoria educativa para que le permita adquirir las mejores competencias para insertarse en el mundo laboral y contribuir al desarrollo del país.

Para viabilizar estos propósitos el CNE propone una reforma de la educación superior que incluya entre sus elementos más importantes la constitución de un sistema que articule la educación universitaria y la técnica, y que esté organizado de forma modular con la finalidad de facilitar los tránsitos entre los distintos tipos de oferta educativa. Junto con ello, resulta indispensable que la educación superior se vincule de manera efectiva con el entorno socioeconómico del país con la doble finalidad de nutrirse de sus demandas y necesidades, y aportar al desarrollo.Esta propuesta de reforma incluye además la generación de una autonomía responsable en las instituciones formadoras de educación superior; es decir, la realización de sus actividades con autonomía en los ámbitos académico, de gobierno, normativo, económico-financiero y administrativo, pero con una constante y responsable rendición de cuentas a la sociedad, que incluye compartir el logro de sus indicadores de calidad y mejora continua.

No cabe duda que la educación superior tiene el reto de ofrecer oportunidades reales de inserción al mundo del trabajo de forma tal que se produzca un encuentro entre las necesidades y demandas del desarrollo y la oferta educativa. Sin embargo, este reto tiene características particulares que se deben considerar. El desarrollo que se espera lograr gracias a los beneficios del crecimiento económico debe venir acompañado con la determinación de reducir las brechas de desigualdad social. América Latina es la región más desigual del planeta. Con un coeficiente de Gini de 0.53, es 19% más desigual que el África Subsahariana, 37% más desigual que el Este Asiático y 65% más desigual que los países desarrollados. El Perú, con un Gini de 0.47 es ejemplo de esta situación.

Así pues, las brechas económicas, sociales, culturales y políticas que aparecen entre ricos y pobres, entre urbanos y rurales, entre “indígenas” y “occidentales” se hacen cada vez más profundas, a pesar de los esfuerzos de muchos Estados, de los visibles reclamos de los movimientos sociales y de las alertas de la academia. Por ello, resulta fundamental que la contribución de la educación superior al desarrollo del país reconozca en la competitividad y en la producción de conocimientos dos elementos centrales, pero también que incorpore la formación de personas que contribuyan a la construcción de justicia social. 

Ricardo Cuenca
Consejo Nacional de Educación